Y no hay que dejar de lado a la líder nacional del MORENA Citlali Ibáñez Camacho alias “Yeidckol Polevnsky Gurwitz” quien hace y deshace en el partido, imponiendo su voluntad y lanzando acusaciones a diestra y siniestra con tal de que se imponga su voluntad.

La guerra es tan dura por el poder en MORENA, que llega a niveles insospechados a grado tal que son los propios militantes los que le han entrado a esa división interna lanzando ataques muy fuertes a sus propios precandidatos que son Alejandro Armenta, Luis Miguel Barbosa Huerta y Nancy de la Sierra Aramburo.

Las descalificaciones son delicadas y en algunas ocasiones hasta burdas, que lo único que están provocando es que llegarán a la campaña constitucional completamente divididos y esto provocara un desencanto en el resto de los electores que son la mayoría, que optarán por otra opción o en su caso por abstenerse de participar en la elección al no acudir a emitir su voto o en su caso anularlo.

En el PAN tampoco cantan mal las rancheras, ellos están aun peor, divididos, con traiciones, acusaciones y lo peor del caso con imposiciones, ya que a ellos les pasa lo mismo que a los de MORENA, es la dirigencia nacional la que está tomando las riendas de las decisiones en la designación del candidato a gobernador para la elección extraordinaria de este año.

Ninguno de estos dos partidos lleva candidatos propios, MORENA lleva a la escoria del PRI y del PRD mientras que el PAN lleva a Enrique Cardenas, quien era de MORENA y quien tiene un punto a su favor, cuenta con una trayectoria como académico limpia y no tiene cola que le pisen como a Barbosa o a Armenta o incluso al que será candidato del PRI Alberto Jiménez Merino. Pero fue un fuerte crítico del amo y señor de los panistas, Rafael Moreno Valle y Martha Erika Alonso y eso le está pesando para ser aceptado como el candidato de los pitufos.

De todo ese embrollo solo puede salir un ganador y éste podría ser el PRI, no hay que olvidar que MORENA y PRI son aliados, y que esta alianza cuenta con la venia de Andrés Manuel López Obrador. El mayor ejemplo es que el gobernador interino Guillermo Pacheco Pulido viene del PRI y muchos priistas han llegado al poder estatal tras su arribo. La moneda está en el aire. Hasta la próxima.