En pocas palabras le da atole con el dedo al pueblo para concretar sus fines políticos cuando aún no es tiempo de promoverse políticamente, ya que todos sus actos los hace rumbo a las elecciones del año 2024.

Para nadie es un secreto que Alejandro Armenta es un viejo lobo de mar, ya era considerado un fósil en el PRI pero fue rescatado por Morena y gracias a la 4T ahora lo tenemos de Senador de la República y fiel cordero del mesías.

Su ambicion de poder y su habilidad política lo hicieron ser aspirante a la gubernatura, pero se impusó la amistad de Barbosa con AMLO y Armenta como niño se tiró al suelo a hacer su berrinche. Luego, en el pasado proceso electoral de manera cínica se dijo que buscaría ser candidato a presidente municipal de Puebla y de ahí lanzarse a la gubernatura dentro de tres años, pero reculó, porque Morena estaba hecha añicos por el pésimo trabajo de Claudia Rivera y era un hecho que ganaría Eduardo Rivera, lo que finalmente sucedió, ante este escenario Alejandro Armenta fiel a sus intereses dejó qué Morena sufriera sólo su derrota y él se escondió.

Después de las elecciones del 6 de junio, el Senador volvió a la carga, sacó la cabeza del suelo y volvió al ataque, es decir por la revancha, ya que aun no puede creer que Morena y Andrés Manuel López Obrador prefirieron a Miguel Barbosa como candidato para gobernador de Puebla.

Pero tal vez la historia se pueda volver a repetir en el 2024, que uno cercano al Presidente de la República cuente con su venía y sea candidato y gobernador de Puebla y, Alejandro Armenta nuevamente se quede chiflando en la loma. Mientras tanto está aglutinando a priístas y panistas a su causa. Hasta la próxima.