El pasado mes de agosto los ciudadanos sitiaron su comunidad ante la constante ola de delincuencia organizada que operaba en la región, por lo que ante la nula respuesta de las autoridades de ambos estados por brindarles seguridad empezaron a organizarse para proteger a sus familias.

Ante el bloqueo de las vías de comunicación por parte de los campesinos un grupo de la Marina llego a instalarse en dicha comunidad a finales de septiembre de 2018, desde entonces los marinos se hicieron cargo de la seguridad y la paz y la tranquilidad llego a esta zona limítrofe.

Pero tras cinco meses de estar ahí, de manera sorpresiva, sin justificación y sin que les dieran aviso a los pobladores, los elementos de la Marina levantaron su campamento y se retiraron dejando en la indefensión a los habitantes de esta localidad.

Por tal razón se organizaron y conformaron su autodefensa que consiste en la instalación de cámaras de seguridad, equipos de radio comunicación y colocar trincheras con costales de arena en los acceso a la comunidad dejando solo un carril para entrar y salir.

Los campesinos revisan todo tipo de transportes y personas ajenas a la comunidad que transitan por la carretera de Insurgentes y que viajan a ambos estados y, de esta manera evitar ser víctimas de los secuestros, amenazas, robos, asaltos y extorciones que se venían registrando hasta antes de la llegada de la Marina en septiembre del año pasado.

Día y noche hay guardias de varios campesinos armados con palos y machetes que se ubican detrás de la trinchera hecha de costales de arena para protegerse de algún ataque de los automovilistas que cruzan por la zona.