Desde niño tuvo inclinación por el deporte de los bats y las pelotas, por lo que ingresa al equipo Tigrillos en la liga infantil, resaltando por sus grandes facultades y enorme poder al bat, así como por su inteligencia y rapidez en los senderos. Y como buen enamorado del béisbol, juega en las ligas infantiles, en donde es asesorado por Mario Ariosa, otro conocido de la afición teziuteca; quien habla con los dirigentes del equipo Águila de Veracruz, de la Liga Mexicana de Béisbol Profesional para no descuidar a tan brillante prospecto.
Es ahí donde lo descubre Bernardo López, en ese entonces suplente de cátcher con el Águila de Veracruz, quien ve en él posibilidades de ascender al mejor béisbol de México. Por lo tanto había que ir manejándolo adecuadamente para llegar al lugar que el destino le tenía preparado.
A los l6 años ya formaba parte de la Selección Veracruzana para participar en el Campeonato Nacional de Béisbol, en donde los buscadores de talento, se frotaban las manos para que Roberto pudiera formar parte de las diferentes organizaciones profesionales de Béisbol ya que su participación fue muy destacada.
De su formación profesional diremos que siempre fue muy apegado al estudio, llegando a terminar la carrera de Ingeniero en la Universidad Veracruzana, logrando ingresar a la Compañía de TAMSA, en el puerto de Veracruz; empresa que elabora tubos de asbesto para la industria.
Al entrar a la empresa lo llaman a formar parte del equipo de TAMSA, en donde como siempre tiene una campaña excelente, y en un encuentro dominical, y estando presente Mario Ariosa, otro conocido de la afición teziuteca, quien lo convence para firmar con el Águila de Veracruz, firmando como jugador exclusivo del equipo jarocho, pero con una clausula muy especial, al principio jugaría en las diferentes plazas de la Liga Mexicana, pero si llegara a casarse, solamente jugaría en el Puerto, lo que aceptó la directiva, sabiendo la joya que tenían en las manos.
Teniendo a partir de entonces una excelente temporada terminando ese año con .310 de porcentaje de bateo y 12 jonrones para pelear por el título del “Novato del Año” de la Liga Mexicana de Béisbol Profesional.
Se preguntarán ustedes ¿qué relación tenía Roberto con el béisbol Teziuteco?
En el año 1961, en Teziutlán se desarrollaba el Campeonato de Béisbol, en donde los equipos podía reforzarse con peloteros profesionales y conformaban con 4 equipos locales: Careli, C.R.H. Transportes Poza Rica y el equipo Superior que patrocinaba una Cervecería. Y es ahí en donde el mago del béisbol, Don Leonardo Castro hace aparición como magnate del equipo Transportes Poza Rica, armándose hasta los dientes con jugadores profesionales como “Japonés” Higuera, Sixto Echeverría y es cuando hace su debut en suelo teziuteco “Roberto Ortiz”, quien desde su primera intervención en Teziutlán dejó maravillados a los aficionados ya que su manera de correr las bases, su tremendo poder al bat, ya que cada vez que se paraba en el plato o pegaba de hit o se volaba la barda, demostrando así que era el mejor pelotero que había pisado tierra teziuteca.
Otro género de Roberto era su versatilidad para desempeñarse en el terreno de juego, ya que lo mismo jugaba short stop, la segunda base, cátcher y en alguna ocasión entro a relevar al pitcher teziuteco en una situación de conflicto, ganando en esa ocasión el equipo camionero con sus lanzamientos que confundieron al equipo contrario y demostrando que era hasta el momento el jugador más completo que haya arribado a tierras serranas.
Por todas estas cualidades, entre las que faltó mencionar, su participación en los “Juegos Panamericanos” en Brasil en 1960, por ese espíritu de superación, agresividad, poder al bat e inteligencia para destacar en ese hermoso deporte, Roberto Ortiz ya es considerado como un INMORTAL DEL DEPORTE TEZIUTECO.