Aun peor al considerar que quien ocupa hoy la presidencia municipal, José Antonio Vélez Leonor, no es originario de Xiutetelco, sino de Tecali de Herrera, lugar donde anteriormente fue presidente municipal por lo que su falta de arraigo y desconocimiento del sentir local se reflejan en decisiones como esta, que atentan contra los símbolos más valiosos para la comunidad porque según él “se ven feos” mostrando que no hay compromiso ni respeto cuando quien gobierna no entiende el significado de lo que destruye.

El origen de este problema se remonta a la elección del año pasado, cuando Germán Hilario, entonces candidato a la alcaldía por Movimiento Ciudadano (MC) desestabilizó el proceso electoral, generando un ambiente de división y conflicto que terminó con la anulación de los resultados. Esa irresponsabilidad política abrió la puerta para que un extraño tomara el control, dejando a las familias de Xiutetelco atrapadas en una administración impuesta y sin conexión real con sus necesidades.

Ahora, quienes deben cargar con las consecuencias son los habitantes, que ven cómo sus expresiones culturales y sus espacios comunes son modificados o eliminados sin consulta ni respeto alguno, ya que el mural no era solo decoración, era considerado una declaración de identidad, una narrativa visual construida con amor y talento, y su desaparición deja un vacío que no se llena con pintura blanca.

La ciudadanía ha manifestado atravesó de redes sociales que lo ocurrido es más que un acto administrativo, es ignorancia y una señal preocupante del tipo de gobierno que puede surgir cuando la voluntad del pueblo es ignorada y manipulada y han expresado que Xiutetelco merece autoridades que conozcan su historia, valoren su cultura y defiendan su dignidad. ¡Hasta la próxima!