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Sábado 21 de diciembre de 2024 Horas

MANUEL OVANDO ALVAREZ


08/OCT/2016 10:22

POR, Dr. ERNESTO CEJA TAPIA.- Nace en el estado de Veracruz, en donde realiza sus estudios de nivel básico, para posteriormente ingresar a la normal en la ciudad de Jalapa, durante su infancia se identifica con el beisbol, el deporte de sus amores, logrando destacar como lanzador.

Al terminar su carrera de maestro, llega a Teziutlán, en donde ingresa en 1956 al Instituto Teziutlán, en donde es bien recibido por los maestros y alumnos, llevando un ambiente de cordialidad.

Con el deseo de transmitir sus conocimientos y sobre todo estimular a los alumnos a desarrollar sus facultades deportivas, inculcándoles el conocimiento del rey de los deportes: el beisbol, formando un equipo infantil el cual compite en un campeonato que se lleva a cabo entre las diferentes escuelas de la ciudad, como la Manuel Ávila Castillo, la escuela Hidalgo, así como equipos de algunos barrios como la cruz verde, llevando a sus discípulos a demostrar que habían asimilado sus conocimientos, saliendo de ahí algunos jugadores que llegaron a formar parte de los equipos de primera fuerza.

Solicita su cambio de escuela y emigra a la población de Aire Libre, mejor conocido como “La Mina“ en donde siguiendo sus impulsos forma un equipo de chamacos que aprendían y desarrollaban sus facultades hasta conformar un equipo competitivo.

En aquella época los diferentes equipos tanto infantiles como de primera fuerza, al no tener competencia en algún campeonato se hacían visitas a las poblaciones cercanas para subir el nivel de juego.

Nuestro personaje, fue invitado para viajar a Casitas en donde su equipo infantil se enfrentaría a su similar de aquella población.

Al llegar a Casitas se lleva a cabo el encuentro, ganando los teziutecos al equipo local. Felices los chamacos por haber ganado el encuentro le solicitan al profesor Ovando los lleve a la playa como premio, manifestando que era peligroso y que tenían que regresar a Teziutlán.

Ante tanta insistencia Ovando accedió, dirigiéndose a la playa, no sin estar pendiente de cualquier anomalía.

De pronto, dos chamacos empiezan a meterse, alejándose de la playa y empiezan a dar señales de estarse ahogando por lo que el profesor se tira al mar llegando hasta donde se encontraban éstos chamacos, los cuales con la desesperación, abrazando a Ovando lo que dificulto que los pudiera salvar y perecen los 3 ahogados.

La noticia corrió hasta aire libre, en donde se congrego la población por la noche con antorchas, quienes al grito de ¡queremos al profesor para lincharlo¡ ¡muera el profesor Ovando¡

Mientras la gente enardecida, gritaba sus consignas, venían bajando por el camino en donde se congregaban los habitantes de la población, 3 féretros, con los dos chamacos y el tercero era el cuerpo del profesor Ovando que había muerto por tratar de rescatar a sus pupilos.

Por su inmensa afición al deporte de sus amores, por su alto espíritu deportivo, por alta responsabilidad ante los peligros que lo llevaron a ofrendar su vida: Manuel Ovando Álvarez, ya es un inmortal del deporte teziuteco.

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