El alcalde Margarito Rojas Parra, del Partido Verde Ecologista de México (PVEM), ya venía cargando una serie de cuestionamientos sobre su comportamiento personal pues desde que asumió la presidencia, su imagen ha estado marcada por contradicciones, ya que durante su campaña se presentó como un hombre de familia, respaldado por su entonces pareja Yazmín Tatempan Alvarado, con quien recorrió comunidades para ganarse la confianza del electorado, pero apenas asumió el cargo, en su toma de protesta incluso evitó mencionar a la ahora expresidenta del DIF, refiriéndose únicamente al hijo que comparten, y poco después comenzó a exhibirse con otra mujer en redes sociales, más adelante apareció con una tercera pareja, confirmando lo que para muchos ya era evidente, que su compromiso con los valores familiares fue solo una estrategia para ganar votos, lo que ha generado una ola de críticas en su contra y ser blanco de burlas en redes sociales por su inestabilidad emocional.

Aunque el edil ha expresado a sus allegados que su vida privada no debe ser motivo de juicio público, lo cierto es que no ha mantenido estos asuntos en privado, por el contrario, ha hecho de sus relaciones sentimentales una parte visible de su imagen como figura pública, lo cual contrasta fuertemente con la investidura que representa. La población ha manifestado que el problema no es su vida personal en sí, sino cómo la expone sin considerar que ocupa una posición de autoridad que exige mesura, coherencia y respeto hacia la confianza depositada por la ciudadanía.

La destitución de Tatempan Alvarado fue interpretada como una muestra más del manejo arbitrario del poder ya que su salida, a pesar de su disposición para trabajar y mantener al DIF como una institución útil y libre de polémica, pone en duda los criterios con los que se toman decisiones en el actual gobierno. Aun así, ella expresó que ha optado por actuar con profesionalismo, afirmando que entregará el cargo de manera ordenada y expresando su deseo de que los proyectos en curso sean concluidos por el bien de la población.

Para muchos habitantes de Zacapoaxtla, este episodio ha significado una gran decepción, ya que Rojas Parra fue visto inicialmente como una alternativa al viejo modelo político, alguien que podría generar un cambio real, sin embargo, sus acciones parecen cada vez más alineadas con el estilo tradicional del caciquismo que ha padecido este municipio desde hace años que es de decisiones sin transparencia, prioridades personales por encima del interés colectivo, y una falta de interés por quienes sí han hecho bien su trabajo.

El caso de la presidenta del DIF es una prueba de cómo el poder mal entendido termina afectando la estabilidad de las instituciones locales por lo que la población exige congruencia y rendición de cuentas sobre las decisiones que toma este gobierno el cual no ha emitido ningún comunicado oficial al respecto, aunque se especula que será Ariadna López, quien pertenecía al área de Bienestar del ayuntamiento, la que asumirá el cargo al frente del DIF municipal.