Lejos de ejercer el cargo para servir con integridad, el síndico evidencia un estilo traidor, autoritario, misógino y violento que los propios habitantes de este municipio ya han denunciado con claridad, pero sin respuesta de ninguna autoridad, además de que su hija sigue operando en el DIF utilizando una credencial apócrifa, usurpando funciones y desplazando arbitrariamente a trabajadoras legítimas. Incluso, su filiación con Antorcha Campesina le otorga un respaldo que legitima conductas propias de un poder abusivo, donde usa el cargo para favorecerse en lugar de responder al interés público.

La doble moral de quien debería velar por el respeto y la dignidad pública es insultante, ya que exhibir y denigrar a compañeros del cabildo, traicionar la confianza de la Presidenta Municipal Alicia Guerrero y hacer y deshacer para su bienestar personal, todo mientras se presenta como un faro de justicia, es una contradicción intolerable.

Antorcha Campesina que le brinda protección al síndico de Ayotoxco, lejos de ser una agrupación popular al servicio de las mayorías, ha sido señalada como una red de extorsión, violencia y control territorial bajo apariencia política, maneja redes de transporte informal, mototaxis, ambulantaje, concesiones pirata, y ha sido implicada en acciones de allanamiento de predios, sometimiento de mercados y control universitario en varias zonas del país convirtiéndose en un enemigo de los gobiernos de la 4T, lo que refuerza el perfil caciquil y el riesgo institucional que representa su afiliado síndico en Ayotoxco en un gobierno de Morena.

La conducta de Carlos Sosa revela no solo un desprecio profundo por las normas democráticas y los principios de la 4T contra la violencia y la corrupción, sino también un ataque directo a la institucionalidad local y a los ciudadanos que solo les queda ver cómo en otros lugares sí se hace justicia como en San Pedro Cholula con el síndico Iván Cuautle Minutti. ¡Hasta la próxima!